Kaerin era una simple campesina quien ayudaba a su padre en las cosechas. Llevaba una vida dura al no tener a su difunta madre a su lado pero se manejaba bien hasta donde podía. No tenía educación aun cuando siempre quiso estudiar, mas los medios no estaban de su parte. Era feliz con sus 14 años de juventud.
Cierto día regresaba de cargar un poco de leña para su padre cuando vio caballos fuera de su humilde cabaña. Curiosa dejo todo de lado dispuesta a ver quienes eran las visitas.
-Kaerin- le dijo su padre preocupado.
-Es ella- parecía ser un oficial llevaba una tenida similar a la de los demás hombres los que estaban armados y vigilaban la habitación mientras este leía un pergamino.
-¿Qué ocurre padre?- lo miro extrañada.
-“Por ordenes de su Ilustrísima; se ha mandado tras la muerte de nuestro queridísimo Emperador , hijo de la madre Celestial quien descanse en su trono inmortal...- la joven miraba hacia los lados algo aburrida por lo ceremonioso que hablaba el heraldo -... buscar candidatas de todas las provincias para ser una de las futuras esposas del heredero al trono y así...”- lo interrumpió el grito del padre de la niña.
-¡No se llevaran a mi hija!- dio manotazos para todos lados llegando al lado de ella.
-¡Arréstenlo!- dijo el hombre de uniforme.- Por impedir la proclama y estar en contra de los deseos del Ilustrísimo.
-¡No!- Kaerin se interpuso entre su padre y los soldados- No se lo lleven.
-Entonces...- la miro cerrando el pergamino- Deberás acompañarnos a Palacio.
-No lo hagas- la jalo su padre para abrazarla.-Eres lo único que tengo.
-Padre- trato de consolarlo con una dulce sonrisa- No te preocupes, estaré bien. Ya veras que regresare pronto. No te preocupes.
-No vayas, si lo haces no nos volveremos a ver.- su voz se quebraba en una suplica.
-Padre- acaricio sus manos- le pediré que ayude a nuestra aldea. Si realmente es bueno lo hará.-le guiño un ojo confiada-¡Volveré!- le dio un fuerte abrazo.

Se marcho esa mañana así como muchas candidatas mas de todas las provincias. Caravanas adornaban los caminos a Palacio. Kaerin fue vestida con finas ropas y llevada en palanquín por una escolta de no menos de diez hombres, entre guardias y sirvientes.
-Debes comportarte como una fina dama- la regañaba el heraldo al verla bostezar con la boca muy abierta.-Tendremos que parar a darte unas cuantas lecciones- resoplo fastidiado.-Haremos que te conviertas de flor de barro en una de jardín-esta ni lo escuchaba mirando hacia fuera los paisajes.
-No te preocupes viejo, no pienso quedarme por mucho tiempo- le saco la lengua burlesca.
-¡¿Viejo?!- se escandalizo haciendo que su diminuto bigote se estremeciera. La niña se puso a reír descontroladamente-Tus modales son vulgares y grotescos- trato de ser hiriente pero ella no se dio ni por aludida-¡Si no fuese por la orden te enviaría de vuelta ahora mismo!.
-Noooo- se hecho hacia atrás levantando las mangas del vestido en signo despreocupado-Quiero estudiar, aprenderé algunas cosas y luego...
-Claro que aprenderás, pero antes MODALES.

Se quedaron en una hospedería del camino por la lluvia repentina que los pillo en el viaje. No era la mejor época del año. Kaerin se divertía corriendo de un lado a otro para romper el aburrimiento mientras el heraldo jugaba con unas piezas redondas sobre un tablero. Pasados unos segundos se puso a reclamar.
-¡Quédate quieta! ¡Ese no es el comportamiento de una dama!
-Viejo- sonrió parando cerca de la ventana- Cuéntame ¿Qué ocurrió?
-¿No lo sabes?-arreglo sus fichas- Obviamente no- bufo dándose una pausa para respirar antes del relato- El Emperador ha muerto- hizo una señal de reverencia- Se espera que...- al dirigirle la mirada a la niña esta estaba jugueteando con una polilla que revoloteaba por la habitación. Exasperado, el hombre se levanto de su silla regañándola- ¡Primera lección!- saco un extraño abanico que guardaba entre sus anchas mangas-Pondrás atención cuando se te hable- le dio un golpecito con el objeto en la cabeza- Segundo, llegaremos a un trato.
-¿Cuál?- sonrió divertida mirando moverse el bigote-Si logras pasar los 6 meses de estudios con brillantes, me encargaré que tu padre reciba 100 monedas de oro. En cambio sI logras ser una de las esposas, tendrá un futuro al igual que tú asegurado de por vida y no tendrá que volver a trabajar nunca más.
-¡100!- abrió los ojos asombrada- ¡Trato!- grito animada dejando al hombre tranquilo.
-Pero antes debes aprender a comportarte – volvió a darle un golpecito con el abanico en la cabeza- A guardar silencio y a cumplir tus promesas.
-Lo haré!- dijo alegre dando vueltas por la habitación con los brazos abiertos.
-Será difícil- susurro agotado.

En el camino le enseño a caminar con estilo, esto le costo un gran esfuerzo ante las constantes pataletas de la niña, y a callar cuando nadie le preguntaba su opinión, esto fue casi imposible; era demasiado obstinada y revoltosa. Ella por su tanto se dedico a correr cuando nadie la veía, a hacer morisquetas y trepar árboles en busca de alguna hoja que le gustara, dejando al heraldo histérico.

La segunda semana de viaje llegaron a Palacio. Las afueras de la ciudad Imperial impresionaron a Kaerin quien jamás viera un mercado tan grande y a tanta gente reunida en un solo lugar. Pero mayor asombro se llevo al ver desde las murallas externas la silueta del Patio exterior.
La caravana que en que viajaba se detuvo frente a una puerta única, la niña se bajo del palanquín tratando de no arrastrar el vestido. El heraldo se le acerco con paso ceremonioso.
-Recuerda nuestro trato- ésta asintió- Confiaré en tú palabra-volvió a asentir sin dejar de mirar con la boca abierta tan bello paisaje-También compórtate- le cerro la boca- Y has caso en todo sin refutar –la guió hacia la puerta- La Anciana Guía te llevará por el túnel de Decisión- le indicó a una mujer baja y arrugada que la esperaba en la entrada- Síguela.
-Gracias- le hizo una reverencia formal dejándolo encantado-Procure cuidar de mi padre, yo estaré aquí cuanto sea necesario- luego salió corriendo rompiendo todo el protocolo para hacerle señas de despedida con la mano mientras llegaba donde la anciana.
-¡Has tu mejor esfuerzo!- la animo el heraldo quien se había acostumbrado a la compañía de la revoltosa.
-¡Sí!- llego a su objetivo- Hola anciana- la mujer ni la miro-¿Hacia dónde vamos?- ignorándola fue a abrir la puerta. Kaerin al verla complicada la ayudo jalando con fuerza - ¿Qué hay detrás?- curiosa husmeaba , fue tomada de la mano y guiada hacia dentro donde estaba oscuro- No veo nada- camino al lado de la anciana tratando de forzar la vista- ¿Qué hay al final? Dime- se amurraba, el túnel se hacía eterno- Dime- la movió un poco-¿No hablas?- fue pasada por alto.
Dando un bufido de decepción miro hacia delante notando una pequeña salida, había perdido el sentido del tiempo y estaba cansada de caminar con la aburrida anciana quien le apretaba la mano a cada pregunta. Al acercarse mas y mas se sintió mareada, haces de luz jugueteaban desde lo que parecía ser la salida ululando por las murallas, aun así no veía nada, trato de mantener los ojos abiertos pero se le hacía cada vez mas difícil, los reflejos la estaban hipnotizando llamando al sueño, el lugar le dio vueltas aun cuando lucho por mantenerse conciente.
-Pronto llegaremos a la salida- la voz la volvió a la realidad.
-¿Quién...?- miro hacia su lado, los rayos de luz marcaban una silueta de alguien mucho mas alto que ella.
-Soy Naram- su voz era muy calmada.
-¿También vienes de candidato?- bromeo sonriendo.
-Solo me gusta escapar de vez en cuando a la soledad de esta oscuridad- la luz de la salida se hizo intensa cegándola por unos segundos. Una escala grande frente a ella.
Encandilada se estremeció ante el cambio de temperatura. A su lado un apuesto joven le dirigía una amable sonrisa, pero sus ojos eran tristes y un aire solitario lo rodeaba.
Llevaba el pelo largo minuciosamente amarrado con adornos y una ajustada cinta azul, sus ropas eran lujosas.
-¿Dónde vas?- este pasaba a su lado dirigiéndose a otro lugar.
-Nos volveremos a ver- camino.
-Soy Kaerin – grito para que la escuchara pero él siguió su camino.
La anciana que aun estaba con ella soltó su mano. Se había olvidado por unos momentos de ella y la pellizco con enfado.
-¿Por qué, por qué, por qué- su tono era burlón-Media hora de viaje con una lora parlanchina y bla bla bla- la imitaba- Debo recorrer este túnel con las 200 candidatas que no hacen mas que preguntar- se sobaba la espalda- Jovencitas maleducadas. Si esperas a que te guíe a tus aposentos chiquilla malhablada es mejor que sueñes- dio media vuelta- me voy- se fue de vuelta al túnel. Kaerin se quedo asombrada.

2 comentarios:

Rubi Shara dijo...

Dime que no esta terminada esta historia porque me muero de ganas por saber qué sigue >o<!!

TANUKI dijo...

no, no es la ultima parte...es la primera.....es que no la habia seguido..pero hare algo ya que nunca se las habia mostrado a nadie....T_T

te las escribire a ti...ok???

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